En la actualidad, ya no es extraño ver cada vez más mujeres emprendedoras triunfando en el mundo de los negocios y en la vida laboral, participando en proyectos empresariales y rompiendo el esquema de la brecha de género. En México, por cada diez hombres que inician un negocio, ocho mujeres también lo hacemos, y de cada cinco PyMES que se abren, tres están lideradas por mujeres. Además, el número de empresas fallidas encabezadas por mujeres es 14% menor al de las dirigidas por hombres. Sin embargo, muchos problemas de desigualdad permanecen como un reto tanto para nosotras, como para ellos.
Contra los estereotipos
Es un hecho que tanto hombres como mujeres tenemos la capacidad de iniciar una empresa o de crecer en la jerarquía de las organizaciones en las que trabajamos, pero por años, estos han sido roles adjudicados a la figura masculina. En el camino al empoderamiento, estos son algunos aspectos que las mujeres hemos tenido que trabajar para romper con los estereotipos laborales y el llamado techo de cristal:
“Pensar como hombre”
Las mujeres emprendedoras tenemos una visión y un estilo de liderazgo diferentes a los de los hombres. Apoyarse en los talentos propios es clave para lograr echar a andar una empresa.
Creer fielmente en nosotras
Hay quien asegura que las mujeres somos más propensas a sentirnos inseguras frente a la crítica, pero esto es más un prejuicio que una realidad. Uno de los principales retos es vencer estas ideas preconcebidas para adquirir firmeza y seguridad. Para lograrlo, es importante recordar a diario nuestros logros y evitar excedernos en el juicio sobre nuestro propio trabajo.
Buscar apoyo
Es muy sensato admitir que no podemos hacer todo solas o solos, y buscar ayuda no nos resta méritos a la hora de emprender; por el contrario, un aspecto importante en el perfil de una mujer emprendedora es su capacidad de intercambiar ideas y consejos con otras empresarias y empresarios.
FUENTES: