Es común que muchas personas se resistan a pagar la gasolina con tarjeta porque no lo perciben como un método de pago seguro. Sin embargo, en los últimos años, la transformación digital ha impulsado tanto a los negocios, como a la clientela a derribar prejuicios y aprovechar las utilidades de esta herramienta financiera.
Cambio paulatino
En México, disminuir el uso de efectivo para comprar combustible se ha convertido en una tendencia que avanza de forma paulatina, ya que, por un lado, las estaciones de servicio deben asegurarse de contar con terminales punto de venta y servicios de facturación prácticos y efectivos para agilizar las compras; y, por otro lado, las instituciones financieras deben brindar mayor visibilidad sobre los beneficios de pagar con tarjeta, por ejemplo, protección de datos personales y bancarios, financiamiento a corto y mediano plazo, y acceso a recompensas a través de programas de lealtad.
Control administrativo
Para las Empresas, pagar gasolina con tarjeta ayuda a tener mayor control de los gastos porque, de forma automática, se registra el detalle de cada transacción. Esto, además de disminuir las tareas manuales, funciona como un respaldo digital de las compras corporativas de combustible.
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