El primer paso es definir objetivos realistas que contemplen rentabilidad, liquidez y soporte, y que sirvan a la empresa como guía a lo largo de un periodo determinado de tiempo. Dos pilares fundamentales para alcanzar los objetivos que establezcas serán un estricto registro de los movimientos de entrada y salida de capital, y un manejo de inventario preciso. Es importante mantener el rigor sobre estos pilares a lo largo del término establecido, ya que es común empezar con mucho orden y después ir perdiendo el impulso a medida que avanzan los meses. Es básico ser constantes en el manejo de estos datos, de modo que el empresario siempre tenga claridad acerca de las cosas que están funcionando bien y de los productos que tienen mayor volumen en ventas, así como de las áreas que necesitan algún ajuste o corrección.
Sé responsable con los recursos
Un correcto y transparente manejo de los recursos determinará el éxito del plan trazado. Lo esencial es mantener el equilibrio entre ingresos y egresos, y evaluar cuidadosamente cualquier probable inversión para no comprometer nunca el capital de la empresa.
Por otro lado, es necesario evaluar fríamente qué gastos son indispensables para la operación de la compañía y cuáles no: las galletas gourmet, por ejemplo, no son una necesidad en el día a día.
Considera emergencias
Todo plan responsable de finanzas empresariales debe tener en cuenta que los imprevistos pueden presentarse en cualquier momento, así que es necesario tener contemplado un fondo para cubrirlos. Lo más recomendable es tener en un banco una cantidad equivalente a tres meses de gastos de operación, además de contar con diversas coberturas de seguros. También es necesario tener siempre presentes fechas de vencimiento y condiciones de renovación de todo tipo de contratos para evitar incurrir en gastos innecesarios.
FUENTES: