Cuando vemos imágenes de enormes cantidades de basura ensuciando los océanos, queda más que clara la imperiosa necesidad de hacer algo para manejar los desechos de plástico que se producen en el mundo. De acuerdo con la Fundación Ellen MacArthur y el Foro Económico Mundial, si el modelo lineal actual en el que los envases se producen, se consumen y se desechan, no es sustituido por uno de economía circular donde los materiales se recuperen y reutilicen, es posible que el 30% de los envases no sea reciclado jamás.
Afortunadamente, México es un país que ha trabajado mucho en este sentido: en 2017, la recuperación de envases plásticos de PET en el país fue del 58%, de acuerdo con la organización ambientalista ECOCE. Esto significa que de 768 mil toneladas de envases de PET, se recuperaron y procesaron 445 mil. Según estos datos, México se sitúa como número uno a nivel continental en recuperación para reciclaje de este tipo de plástico.
En el modelo económico actual, el valor de los envases y embalajes de plástico no es aprovechado al máximo, ya que se pierde cada vez que se convierten en desechos y salen de la cadena productiva del plástico. En cambio, implementar la economía circular permitiría que estos materiales se mantuvieran integrados en el ciclo, minimizando su impacto negativo en el medio ambiente y maximizando su valor.
El problema
El reto principal para la sustentabilidad en la industria del plástico a nivel global es la falta de estándares y coordinación dentro de la cadena de valor. Esto se refleja en la existencia de una enorme diversidad de materiales, así como de diseños en etiquetas y presentaciones, que dificultan la existencia de una estandarización que permita llevar a cabo un proceso de reciclaje efectivo en todas sus etapas: recolección, separación y reproceso.
Para avanzar hacia un modelo de economía circular en la industria del plástico –donde el reciclaje y reutilización dejen de ser una opción y sean una obligación-, se necesita compromiso tanto de ciudadanos como de Empresas, y poner como prioridad la integración de la mayor cantidad posible de contenido reciclado postconsumo en la fabricación de envases.
Lo que se necesita
Otros hallazgos de la Fundación Ellen MacArthur y el Foro Económico Mundial son que el 20% de los envases plásticos en el mundo podría ser reutilizado, y que más de las mitad podría ser reciclada de manera rentable si se realizaran mejoras en su diseño y en su manejo posterior al uso. Esto demuestra la necesidad de crear un protocolo global del plástico basado en principios de economía circular que establezca estándares en materiales reciclables o compostables, tecnologías de reprocesamiento e innovación en diseño. Este aspecto es fundamental, ya que muchas veces, en su intento por captar la atención del cliente, la constitución de ciertos envases dificulta o imposibilita el proceso de reciclaje al utilizar materiales o pigmentos no compatibles con él.
El paso complementario es la colaboración entre gobiernos, fabricantes de envases, marcas, contratistas de residuos y recicladores para lograr compromisos y políticas públicas que favorezcan el funcionamiento de la economía circular de los envases de plástico.
FUENTES: