Las empresas de todos los sectores cada vez asumen más los cambios que la tecnología impone, volviendo realidad la llamada cuarta transformación industrial. Básicamente, ésta consiste en reorganizar los medios de producción en torno a un factor central: la inteligencia artificial. Para 2025, el Foro Económico Mundial estima que máquinas y algoritmos realizarán más de la mitad de las tareas que hoy se llevan a cabo en los centros de trabajo. Lejos de que esto signifique un desempleo masivo, la predicción es que casi al mismo tiempo se generen 133 millones de nuevos empleos cuya característica será requerir de softskills como creatividad, inteligencia emocional y liderazgo. Uno de los mejores ejemplos de este nuevo modelo es el uso de robots en la industria farmacéutica.
Industria 4.0 y el futuro de las enfermedades
De acuerdo con Sean Harper, jefe de investigación y desarrollo de la empresa de biotecnología AmGen, un robot puede probar nuevas drogas y moléculas a gran velocidad y de manera incansable. Según Harper, medicinas basadas en el conocimiento de la genética humana permitirán curar o controlar muchas enfermedades en los próximos 50 años, y las máquinas jugarán un papel fundamental en descifrar esa información genética y comprender por qué nos enfermamos. Por ejemplo, mediante la enorme capacidad de procesamiento de datos de la IA se puede llegar a detectar el Alzheimer seis años antes de lo que normalmente se hace, lo que abriría una enorme ventana de oportunidad para el tratamiento temprano.
Colaboración, no sustitución
Aunque de entrada parezca que la presencia de los robots en la industria farmacéutica suplantará el trabajo humano, el futuro parece estar no tanto en la sustitución, sino en la colaboración entre personas y sistemas. Las máquinas pueden liberar tiempo a los científicos al encargarse de labores rutinarias o repetitivas, o de las que tienen que ver con el ensamblaje y el procesamiento de números, ya que pueden llevarlas a cabo con mayor precisión y velocidad que un humano.
La tendencia en los laboratorios es el uso de “cobots” (robots colaborativos) que funcionan con tecnologías como el machine learning. Gracias a estas capacidades, los robots del futuro podrán formular hipótesis y contrastarlas para crear, por ejemplo, medicinas contra infecciones provocadas por parásitos de zonas tropicales.
Beneficios para la industria
Desarrollar una nueva medicina toma más de diez años y tiene un costo aproximado de dos mil millones de dólares. El uso de robots en la industria farmacéutica puede reducir tanto costos como tiempos, ya que minimiza la tasa de errores. Además, la participación de los robots en experimentos biológicos reduce los peligros para los humanos al trabajar con patógenos y reactivos nocivos.
La tecnología actual también permite crear plataformas comunes donde la comunidad científica comparta protocolos y experimentos que puedan ser reproducidos por robots en cualquier laboratorio del mundo.
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