Una buena aliada en esta tarea puede ser la inteligencia artificial, que es capaz de hacer un monitoreo discreto de la salud de las personas. Actualmente, con el propósito de reducir los contagios de COVID-19, alrededor del mundo se están utilizando nuevas tecnologías de vigilancia sanitaria que se centran en dos aspectos: la temperatura corporal de las personas y su ubicación dentro de un espacio. Sin embargo, el uso de esta tecnología trae aparejado un cuestionamiento ético sobre el manejo de datos personales que las Empresas deben atender.
En este artículo, Business Class te dice cómo funcionan estas soluciones tecnológicas de vigilancia sanitaria basadas en inteligencia artificial y qué puntos debes tomar en cuenta para utilizarlas en la reapertura de tu negocio.
Tecnología
En junio de 2020, durante una conferencia virtual sobre la economía durante el COVID-19, el futurista Benjamin Pring, de la consultora en servicios de IT Cognizant, habló del inevitable aumento en el uso de tecnología de vigilancia por parte de gobiernos y Empresas. Según el especialista, es muy probable que mucha de esta nueva tecnología llegue para quedarse, como ocurrió con varios de los sistemas de seguridad implementados después de los atentados del 9/11.
Un ejemplo de esta tecnología viene de la compañía francesa Outsight, creadora de la “3D semantic camera”. Se trata de un láser autónomo que utiliza factores como rostros sin cubrebocas, temperaturas corporales por encima del promedio y cercanía física, para identificar individuos que representan un alto riesgo de contagio dentro de un grupo de personas.
También existen otras soluciones como pulseras con tecnología Bluetooth que emiten un sonido cuando dos personas están demasiado cerca, y hacen un seguimiento de los lugares donde alguien ha estado dentro de un establecimiento en caso de que se necesite rastrear una infección.
Alrededor del mundo también se están usando alternativas que incluyen cámaras térmicas y sistemas para llevar un conteo de las personas que entran y salen de un edificio o local.
Privacidad
La principal preocupación que despierta este tipo de vigilancia es el manejo de los datos personales que genera. Naturalmente, algunas personas pueden sentirse incómodas con el hecho de que un sistema automatizado les esté dando un seguimiento constante y recabe información sobre ellas. En el centro de esta discusión están el consentimiento de las personas y la responsabilidad que tiene la Empresa de comunicarles que están siendo monitoreadas. Es importante mencionar que el panorama se complejiza a medida que aumenta la cantidad de gente, ya que es menor la posibilidad de que cada individuo entienda cómo se está llevando a cabo la vigilancia y las implicaciones que tiene.
Para cuidar la privacidad de las personas, es recomendable considerar un sistema que no tome video y que guarde los datos de manera anónima. También hay que asegurarse de comunicar claramente las tecnologías y métodos utilizados para el seguimiento y procesamiento de los datos, así como las acciones que se tomarán a partir de ellos.
Comunicación
Implementar sistemas de vigilancia a escondidas de los clientes puede provocar que estos asuman que se utilizan con motivos distintos al cuidado de la salud. No se tiene que ser un experto en marketing para saber que un sistema de seguimiento de este tipo puede ser utilizado para recabar, por ejemplo, datos sobre los hábitos de compra de los clientes con propósitos comerciales. Si las personas no conocen con antelación las medidas que estás tomando, no va a ser de su agrado enterarse después.
La solución puede ser muy simple: transparencia. Informa a tus clientes que su ubicación y datos de salud serán monitoreados durante su visita. Es muy importante que expliques con claridad por qué estás llevando a cabo esta vigilancia, cómo la harás, para qué se utilizará la información recabada y cómo será el almacenamiento y manejo seguro de datos personales.
Al armar tu estrategia de comunicación, no asumas que con dar la información una vez, todos tus clientes ya están informados. Repite el mensaje frecuentemente y por diversos canales. También invita a los clientes a retroalimentarte al respecto e intenta responder sus inquietudes.
Precisión
Las cámaras térmicas detectan el calor de la piel de una persona, pero no pueden leer la temperatura del interior del cuerpo. Esto hace que sus mediciones tengan un amplio margen de error. De acuerdo con un reporte de la Comisión Europea, estos sistemas pueden llegar a clasificar como enfermas a personas sanas. Para prevenir esta situación, es importante contar con un método secundario o de respaldo. Por ejemplo, si la cámara detecta a una persona con temperatura alta, se puede proceder a la medición con un termómetro de frente antes de pedirle que se retire del establecimiento.
En cuanto al conteo de personas, este puede resultar impreciso, especialmente si está a cargo de seres humanos. En este caso, la inteligencia artificial puede ofrecer soluciones mucho más precisas y confiables.
Ética
Un punto crucial al considerar medidas de monitoreo para evitar contagios es cuidarse de no caer en actos de discriminación. Por ejemplo, una temperatura mayor al promedio no necesariamente se debe al COVID-19, sino que puede darse por haber estado en el sol o haber hecho ejercicio recientemente. Entonces, ¿es correcto pedirle a alguien que se retire de un lugar o no permitirle la entrada por registrar una temperatura alta? En este punto, una vez más, lo más importante es establecer un protocolo claro e informarlo a los clientes con antelación para evitar situaciones incómodas.
Las soluciones tecnológicas para el seguimiento de personas y monitoreo de la salud pueden resultar muy útiles y tranquilizadoras tanto para dueños de negocios como para clientes, siempre y cuando se implementen de manera transparente y poniendo un énfasis especial en el adecuado manejo de datos personales.
FUENTE:
https://www.americanexpress.com/en-us/business/trends-and-insights/