Necesitar más efectivo del que se tiene disponible no es un escenario poco común para las Empresas. En estos casos, algunos empresarios suelen recurrir a sus tarjetas de crédito para tener liquidez. Sin embargo, los altos intereses que se cobra en los plásticos hacen que no sean una buena opción para tener saldos remanentes altos mensualmente. Es por esto que cuando se busca cubrir la brecha de flujo de efectivo o se pretende ampliar la Empresa, una línea de crédito comercial resulta la solución adecuada.
Tipos de líneas
Para obtener este instrumento, es necesario presentar una solicitud ante una institución financiera que ofrezca productos de este tipo, atravesar un proceso de aprobación, y firmar el contrato correspondiente. Hay dos tipos de líneas:
1. Garantizadas
- Requieren activos como propiedades, cuentas de ahorros o de certificados de depósito para utilizarse como fuente secundaria de pago en caso de que la Empresa no pueda cubrir el monto del crédito.
- Suelen ofrecer tasas de interés más bajas y límites de crédito más altos que las líneas que no requieren garantía.
- El proceso de aprobación de las líneas de crédito comercial cuya garantía es un inmueble suele ser más largo que el de las garantizadas con cuentas de ahorros.
2. Sin garantía
- Su aprobación y monto dependen del historial crediticio y el flujo de efectivo.
- Sus límites de crédito son menores y sus tasas de interés mayores con respecto a las líneas garantizadas.
- Su proceso de aprobación es más largo que el de las líneas que tienen por garantía una cuenta de ahorros.
Cómo usar la línea de crédito
Las necesidades de la Empresa y su estrategia de flujo de efectivo son las que determinan qué tipo de línea es ideal y cómo debe usarse. Puede ser que la línea de crédito comercial se utilice frecuentemente en su totalidad para pagar grandes cantidades a ciertos proveedores, y que el monto sea liquidado igualmente en su totalidad poco tiempo después, una vez recibido el pago de los clientes; también puede ser que el recurso se utilice sólo para enfrentar ciertos gastos fuertes en determinados momentos del ciclo de negocio, y que el saldo se vaya liquidando durante varios meses.
De cualquier manera, como casi siempre en los negocios, lo más importante es la planeación adecuada. Hay que incluir en la estrategia financiera de la Empresa los costos y beneficios de la línea de crédito comercial, determinar exactamente para qué se requiere, y asegurarse de que sea el producto financiero adecuado para las necesidades del negocio. Por ejemplo, si lo que se busca es realizar una compra importante que se desea cancelar en pagos mensuales igualesdurante un periodo de tiempo prolongado, puede que un préstamo sea una opción más adecuada; en cambio, para realizar compras más pequeñas que pueden pagarse en un tiempo más corto, el periodo de gracia para pago sin intereses que ofrece una tarjeta de crédito puede resultar más funcional.
Otro uso recomendable de una línea de crédito comercial es solicitarla antes de necesitarla. De esta manera, se vuelve un instrumento financiero siempre a disposición de la Empresa para integrarlo en su planeación de flujo, lo cual permite mayor flexibilidad en las decisiones.
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